ANTONIO GRAMSCI
Gramsci pensó los principales problemas a resolver para la consecución de una política de la transformación social a partir del examen de la literatura de las clases subalternas, sus géneros -el policial, el folletín, las llamadas literaturas menores, la prensa, las elaboraciones de los intelectuales orgánicos de las clases dominantes-, así como la puja entre los lenguajes de las clases populares, su gramática, sus dialectos, los estilos de escritura, los dilemas del tradicionalismo y la vanguardia, los modos de circulación y consumo de las literaturas en diversos soportes, en fin, aquella construcción de un universo simbólico que dio cuenta de las identidades en devenir, atravesados por los grandes problemas planteados por el canon marxista pero yendo muchísimo más allá de sus más ostensibles limitaciones. Es por ello que su reinscripción en los debates contemporáneos resulta fundamental, y acaso aliente a reformular no pocos destinos lectores.