CASTILLO SEGURA, JESÚS MANUEL
Lejos de la atención mediática que suele prestarse a los refugiados fruto de determinados conflictos bélicos, los movimientos de población forzados por las diferentes formas y niveles de degradación ambiental son ignorados de manera flagrante. Jesús M. Castillo define como migrante ambiental a toda persona que abandona su territorio de residencia habitual debido principalmente o de forma muy importante a impactos ambientales, ya sean graduales o repentinos, y ya se mueva dentro de un mismo Estado o atraviese fronteras internacionales . A partir de esta definición, ofrece una detallada síntesis de las causas globales y locales, directas e indirectas, que repercuten en la vida y el futuro de poblaciones enteras en diferentes partes del planeta. La desertización, la sobreexplotación de las aguas de riego o de bancos pesqueros, las secuelas de la construcción de grandes infraestructuras, la deforestación, la subida del nivel del mar o los fenómenos meteorológicos extremos fruto del cambio climático, los impactos de las armas químicas utilizadas en las guerras, el procesamiento y depósito de residuos tóxicos o